Infancia, Juventud, Orientación profesional y Educación superior
Infancia
¿Cómo fomentamos la curiosidad y aprendizaje en los niños y los niñas?
A partir de las preguntas, en la construcción o creación de cosas novedosas y creativas, en la estimulación de su imaginación, en darles a conocer y comprender lo que les rodea, empezando por su cuerpo, familia, ambiente, barrio y sociedad.
¿Cómo promovemos el desarrollo de habilidades
socioemocionales en los niños y niñas?
Para La Bellota, Modelo de Acompañamiento Educativo, las
competencias son un conjunto de habilidades,
conocimientos, actitudes y disposiciones personales que son
integradas por los niños y jóvenes para actuar de forma
activa y significativa (atendiendo las necesidades de sí
mismos y del contexto) en un entorno especifico.
Se trabajan de manera integral y sinérgicamente cuatro (4)
grupos de competencias en todas las etapas de
acompañamiento: Comunicativas, pensamiento, personales
y ciudadanas.
¿Cómo adaptamos nuestros métodos de enseñanza a las
necesidades individuales de cada niño y niña?
A partir de su etapa de formación, edades y capacidades se
crea los grupos de atención, posibilitando las preguntas, en
la construcción o creación de cosas novedosas y creativas, en
la estimulación de su imaginación, en darles a conocer y
comprender lo que nos rodea, empezando por su cuerpo,
familia, ambiente, barrio y sociedad.
¿Cómo involucramos a los padres en el proceso educativo
(formativo) de sus hijos?
Se les acompaña a través de encuentros grupales experienciales, visitas y asesorías familiares, en este sentido, hay un reconocimiento de las vivencias y experiencias familiares, pero también se proponen experiencias simuladas que buscan la reflexión y resignificación y por tanto el
mejoramiento de las pautas de crianza.
¿Cómo evaluamos el progreso y el desarrollo de los niños
en su aprendizaje?
La evaluación se diseña a partir de un concepto de integralidad, en el cual convergen espacios de coevaluación, autoevaluación y heteroevaluación; todos estos giran en torno a la reflexión y realimentación que genera la toma de conciencia frente al desempeño en las diferentes dimensiones de las competencias, el ser, el hacer y el saber, para que niños y jóvenes tengan cada vez mayor nivel de responsabilidad frente a sus actos y a la gestión de su
vocación y desarrollo de competencias.
Juventud
¿Cómo les ayudamos (acompañamos) a establecer metas educativas y profesionales?
Con la orientación, partiendo de sus intereses personales y capacidades que van reconociendo en sí, de igual manera ir construyendo sus metas en cada ámbito, teniendo en cuenta su contexto académico y profesional de cada uno.
¿Cómo ayudamos (acompañamos) a los jóvenes a descubrir sus intereses y pasiones?
A través de los encuentros pedagógicos se proponen actividades fundamentadas en la metodología experiencial que les posibilitan tomar decisiones, resolver conflictos,
trabajar en equipo, auto conocerse, llevar a cabo el respeto.
Esto, permitiéndoles identificar que les hace sentir cómodos, cuáles son sus habilidades, que tienen por mejorar o seguir fortaleciendo y así, aplicarlo a la cotidianidad.
¿Cómo les ayudamos acompañamos) a desarrollar habilidades de liderazgo y trabajo en equipo?
Si bien, todas las competencias son transversales, tomando el liderazgo y el trabajo en equipo, son capacidades que se desarrollan principalmente en propuestas basadas en las competencias sociales y comunicativas, ya que el trabajo colaborativo posibilita que deslumbren fácilmente.
¿Cómo les brindamos herramientas para la toma de decisiones y la resolución de problemas?
A través de las propuestas que posibiliten el fortalecimiento
de las competencias personales y de pensamiento.
¿Cómo les proporcionamos recursos y acceso a información
sobre opciones educativas?
A través de una asesoría, actividades experiencial,
reconocimiento de los espacios de la ciudad, entre otros.
Orientación profesional
¿Cómo les proporcionamos información sobre diferentes opciones de carrera?
Se desarrollan actividades de orientación relacionadas con los conceptos de la Educación Superior (Áreas de conocimiento, mapeos, herramientas de búsqueda, entre otras).
¿Cómo identificamos las fortalezas y habilidades de las personas?
Acompañamos a los jóvenes de OP para que identifiquen sus habilidades y competencias a través de diferentes actividades relacionadas con su dimensión personal, es decir autorreconocimiento.
Así mismo se aplican algunas herramientas diagnósticas que les permiten convalidar intereses y habilidades.
¿Cómo les enseñamos habilidades para la búsqueda de empleo y la entrevista?
Se desarrollan actividades de orientación relacionadas con el conocimiento del contexto, visitas a universidades y espacios laborales, testimonios y simulacros para ingreso laboral entre otras.
¿Cómo les ayudamos a establecer metas a corto y largo
plazo en su carrera?
Se tienen encuentros grupales experienciales en los cuales se desarrollan temas referentes a metas personales y profesionales, así mismo se proponen asesorías individuales para la identificación de la ruta académica y profesional decididos, la cual es socializada y definida con la familia.
¿Cómo les ayudamos a desarrollar un plan de acción para
alcanzar sus objetivos profesionales?
De acuerdo a la información que se entrega del perfil profesional consolidado del proceso de orientación, se traza el plan de acción para el ingreso y acceso a la educación superior u (ocupacional).
Educación Superior
¿Cómo apoyamos la transición de la educación secundaria a la educación superior?
Con el desarrollo de todas las actividades propuestas en la etapa de orientación profesional.
¿Cómo brindamos orientación en la elección de carreras y programas académicos?
Desde el proceso de orientación profesional se les brinda la información de los programas, universidades, conocimiento del pensum académico, la situación del mercado laboral, planes de financiación, entre otros.
¿Cómo ofrecemos apoyo académico y tutorías en áreas específicas de estudio?
Con el apoyo mutuo entre los mismos compañeros de la etapa de educación superior que tienen mayor habilidad frente a algunas materias, también incentivando a participar de las ofertas de refuerzo académico que tienen las universidades desde bienestar universitario.
¿Cómo facilitamos oportunidades de prácticas
profesionales y experiencias en el campo laboral?
En educación superior se tiene un componente de proyección comunitaria, la cual permite a las jóvenes continuar fortaleciendo sus competencias profesionales y poner en funcionamiento las capacidades técnicas vistas desde su programa académico específico.
¿Cómo les apoyamos en la adquisición de habilidades y
competencias demandadas en el mercado laboral?
Toda la propuesta de educación superior está sustentada en el desarrollo y fortalecimiento de sus competencias comunicativas, pensamiento, sociales y de emprendimiento.
Testimonios BELLOTA
“Para mí PRESENCIA ha significado muchas cosas y una de ella es que tras de que nos ayudan a una orientación, y formarnos, son una familia para nosotros, una partecita de nuestras vidas está con ellos, gracias a ellos no estamos perdidos al saber que queremos ser”
Juliana Atehortúa Restrepo (Joven de Orientación Profesional – Estudiante grado 10)
“PRESENCIA ha sido un apoyo para mí, siempre han querido el bien de todos, ayudar en lo que más pueden. Presencia es mi segunda familia, el apoyo, respeto y atención que nos dan, nos hace sentir protegidos y seguros! Se ha vuelto en un lugar muy bonito en el cual quisiera estar siempre, porque siempre han sido una bonita compañía”. –
Melany Builes Agudelo (Joven de etapa Juventud- Estudiante de 8°)
El hablar de nuestra PRESENCIA Colombo Suiza, nos llena de entusiasmo. Desde que mi hijo Juan Esteban pertenece a tan bella fundación podemos decir como familia, que ha sido de gran bendición, porque nos han acompañado en el proceso de crecimiento de nuestro hijo, hemos disfrutado de todos sus beneficios, tiene muy buen acompañamiento y excelentes maestros llenos de amor y comprensión, mantienen muy pendientes de su proceso tanto estudiantil como en su vida personal.
Los encuentros para nosotros como familia son de gran ayuda, nos dan pautas enriquecedoras para traer a casa, personalmente he aplicado muchas cosas que me han ayudado en el diario vivir con mi familia, Dios bendiga a todos los que aportan a esta fundación, no sé si saben el trabajo tan importante que es llevar estos programas a familias como la mía.
Familia Villegas Duarte- Juan Esteban Villegas (Joven de etapa juventud – Estudiante de 7°)
Estar en PRESENCIA me ha permitido enfocarme en mi futuro y experimentar un crecimiento personal significativo. En mi educación superior, he aprendido a valorar los errores como oportunidades de aprendizaje y adquisición de conocimientos. Reconozco que cada equivocación es una valiosa lección.
María Camila Guzmán (Joven de etapa de Educación Superior)
“Existir para alguien, hace la diferencia”
Presencia es una mano amiga en el camino de muchos niños y jóvenes que…
Resplandecen, pero que apenas se están formando y…
Explorando su bellota, para lograr…
Sobresalir ante los demás, desde lo que los…
Enciende y motiva; superando así las…
Necesidades que el mismo medio exige.
Cumplir con esto, no es fácil. Por eso, desde la organización se pretende
Incidir en la formación de competencias, a través del…
Acompañamiento individual, grupal y familiar, para lograr un trabajo integral que permita florecer el SER.
No recuerdo exactamente qué hora del día era; es difícil recordar con exactitud cosas que pasaron hace 27 años… Recuerdo a mi papá, un jovencito flaco y enérgico, corriendo por toda la casa buscando afanadamente algo lindo qué ponerme; pues me llevarían a tomarme unas fotos dizque para enviárselas a “los suizos, unas personas muy buenas y ricas que querían ayudarnos”. Para mí – a mis escasos 5 años, con mis zapaticos negros desgastados de caminar las empedradas calles de La Iguaná y con la inocencia intacta – se trataba de un día especial; no entendía bien qué pasaba, pero sabía, a juzgar por la alegría y el afán de mi padre, que ese día estaba pasando algo bueno. Tenía un overol azul, en el cabello dos colitas atadas con chulitos rojos y una sonrisa gigante… Quería quedar muy linda en la foto porque mi pequeño cerebro entendía que esas personas de afuera, que ya había apadrinado a muchos de mis amiguitos, me debían de elegir… Ansiaba con todas mis fuerzas pertenecer a lo que en el barrio conocíamos como Los Tíos Suizos. Encogí mis mejillas con una gran sonrisa, abrí mis ojos negros lo más que pude y posé feliz para la foto… La misma a la que le atribuí que semanas después, una maravillosa mujer llamada Jocelyn, me enviara un hermoso peluche café y una carta escrita en otro idioma. Estaba desbordada de la felicidad con mi peluche y lejos de imaginar que aquella carta le daría un nuevo rumbo a mi vida. Por aquellos tiempos en La Iguaná abundaba la felicidad en la misma medida en la que abundaba la pobreza. Vivíamos en casas amontonadas con techos oxidados, comíamos lo que había y cuando había, vendíamos dulces de azúcar pura en las aceras y estudiábamos en una pequeña escuelita con profesoras valientes, que nos resguardaban en los salones cuando se escuchaban disparos por riñas entre pelaos del barrio… Y aun así, éramos felices. La Iguaná nos enseñó a correr entre cuerpos sin vida arrojados en los andenes, nos enseñó a sacar pantano de las casas cuando la quebrada se desbordaba, nos enseñó a montar bicicleta en calles intransitables… Nos enseñó a tener un espíritu humilde, pero valiente. Cuando PRESENCIA llegó a La Iguaná, llegó como un gran respiro a un territorio ahogado por la violencia. Las Sedes de la Corporación instaladas, se convirtieron en un punto de encuentro semanal para los niños y jóvenes que, como yo, habíamos sido elegidos para algo muy bueno; de niños no sabíamos qué era exactamente, pero sí entendíamos que perteneciendo a PRESENCIA nos daban alimentos, nos hacían reuniones, unos señores de traje blanco nos revisaban los dientes, nos daban útiles escolares, nos llevaban a pasear y unas personas del exterior nos mandaban regalitos… Con los años fuimos comprendiendo valiosamente que PRESENCIA era más que esto; nuestras educadoras se volvieron casi que nuestras mamás y nuestras heridas del alma ocasionadas por el ambiente familiar y social en el que crecimos, empezaron a ser tratadas por profesionales. Sabía que un requisito para pertenecer a la Corporación, era estar estudiando; y siendo honesta, ésta era una de las razones por las cuales nunca paré de formarme académicamente. En mi adolescencia soberbia, estuve estudiando en un colegio donde conocí lo más puro y también lo más oscuro de la sociedad; pero siempre estuve acompañada de esta Institución que no solo pagó por todos mis estudios, sino que también me guio en cada peldaño, para que esa adolescencia inexperta no me arrollada y me llevara al fracaso. Para el final del bachillerato, todo lo que había aprendido en PRESENCIA ya había hecho algo grande en mí, era una huella de amor y formación imborrable: había aprendido a identificar mis habilidades y talentos, los había puesto en práctica en los muchos espacios que propuso la Corporación para mí y consolidé un entendimiento sobre cómo funcionaba mi proyecto de vida. Tenía claro que quería llegar a ser una gran comunicadora social y mi espíritu fortalecido por tantos años en los que me enseñaron sobre autoestima y confianza, me daban un gran empujón para salir a buscar oportunidades académicas. Era hora de pensar en la universidad y el gran reto económico que esto implicaba.
El panorama no era cómodo. La universidad privada en la que deseaba estudiar era muy costosa, mi madre no tenía trabajo y lidiaba con fuertes depresiones, la casa en la que vivíamos estaba en una situación estructural compleja por las múltiples filtraciones y paredes agotadas por el pasar de los años y de la pobreza; y lamentablemente mi madrina suiza se había retirado del programa… Allí entonces lo entendí todo: PRESENCIA no era solo mi madrina; PRESENCIA era un gran grupo humano de educadores y directivos que no se dieron por vencidos conmigo y que me hicieron saber que no solo mi disciplina contribuyó a que continuaran apoyando mi proyecto de vida, sino que me acogieron una vez más como una niña consentida a la que jamás le negaron educación, cursos, idiomas, talleres, seminarios, útiles, herramientas… Todo lo que Carolina necesitara para ser esa gran profesional que soñaba. Y allí estaba yo, una adolescente de 16 años ingresando por las grandes puertas de la Universidad Pontificia Bolivariana en Medellín, llena de ganas de comerme el mundo, nerviosa y repitiendo en mi cabeza que Nací para cosas grandes. La época de la universidad fue inolvidable; conocí grandes amigos, grandes amores, grandes retos y grandes decepciones. Tuve que pasar por todos los apuros que pasa una joven de estrato 1 en una universidad estrato 6: andar solo con los pasajes, decir que no quería ir a lugares con mis amigos para ocultar la escasez de dinero, pedir prestados los libros y llenarme de valentía cada que decía que venía de La Iguaná. Pero más que indiferencia, me encontré allí con personas maravillosas que me querían, me apoyaban y me admiraban. En la universidad forjé importantes triunfos como lo fue ganar una Mención de Honor del Círculo de Periodistas de Antioquia (CIPA), en la categoría Mejor Trabajo en Prensa, por una crónica publicada en el periódico universitario… Los años de lucha y constancia en un entorno hostil, habían afilado mi esfero y me inspiraban a escribir grandes historias. Habilidades invaluables y adquiridas en un ambiente que hoy me evoca una gran nostalgia y orgullo. Los años siguientes fueron buenos conmigo. A los 21 años, con un título universitario en los hombros y con una maleta llena de sueños, logré viajar al exterior para aprender otro idioma, trabajar duro y disfrutar de las lindas curiosidades de otra cultura. Experiencia que nutrió mi alma y ha puesto una gran impresión cultural en cada lugar donde he laborado desde entonces. Y si bien se podría pensar que mi experiencia con PRESENCIA terminó en esta instancia, es mi deber contar con gratitud que una vez regresé a Colombia, la Corporación tenía las puertas más que abiertas para mí, con el fin de los acompañara con mis conocimientos, en muchos nuevos programas que buscaban ayudar personas que lo necesitaban, de la misma manera que una vez me ayudaron a mí. Hoy y después de haber participado en más de 5 procesos con comunidades vulnerables, liderados por PRESENCIA, puedo decir que he aprendido mucho más de estos maravillosos seres, de lo que yo les he podido enseñar en años. Trabajar con PRESENCIA fue regresar a mis raíces, a mis necesidades, a mis miedos, a mis pequeños triunfos iniciales; pero ahora puedo observar todo este proceso con los ojos de GRATITUD de una mujer a la que PRESENCIA le posibilitó todo y le permitió entender que el Éxito, también era posible para personas como nosotros. Los años han traído nuevos conocimientos y nuevos retos laborales que me apasionan. A mis 32 años soy una Carolina más madura, menos temerosa, más valiente y con el corazón humilde. Hoy sentada frente a mi escritorio, desde el cual gerencio un centro comercial, escribo estas palabras honrando a esa niña de ojos abiertos y chulitos rojos; esa niña inocente que sabía presentir que cosas buenas pasarían… un educador, un acompañamiento, una corporación, una PRESENCIA… Cosas buenas pasarían. Carolina Buitrago Cortés Egresada, Programa de Acompañamiento Educativo La Bellota
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