Nuestra Historia | PRESENCIA Colombo Suiza

PRESENCIA Colombo Suiza es el sueño de un grupo de ciudadanos suizos y colombianos

Ellos creyeron posible la puesta en marcha de un proyecto de atención integral en torno a la educación de niños, niñas y jóvenes en la ciudad de Medellín.

Somos PRESENCIA donde hay ausencia

Carolina era una chica de 4 años que crecía en un entorno complejo cuando empezó su relación con nosotros. En su barrio, La Iguaná, los conflictos entre bandas, la violencia permanente y los estragos de la pobreza y la naturaleza maltrataban su crecimiento. PRESENCIA, de la mano de aliados y cooperantes nacionales e internacionales, logró tocar su vida y generar un entorno protector para ella y su familia, brindando cuidado, educación, alimentación, apoyo en salud y mucho, mucho, mucho acompañamiento. Carolina nunca paró de aprender, ni estudiar. El hogar, la escuela, el colegio y el sueño familiar: la universidad. Logró avanzar y llegar a un título profesional para ser un soporte para ella, su familia y comunidad. Hoy es una profesional que da gracias por ese cuidado, por haber encontrado un entorno protector de la mano de entidades y personas como las que hacemos parte de PRESENCIA.

Esta corporación nació en una conversación informal, luego de una comida en una casa en Bogotá. Andreas Peter Hauri, presidente de Roche en Colombia en 1983, quería, antes de volver a Suiza, su país de nacimiento, dejar algo para Colombia. Señorita Ángela Echavarría Toro y Consuelo Gutiérrez de Restrepo escucharon ese deseo e inmediatamente lo invitaron a visitar Medellín.

Cuando llegó a este cañón incrustado en las cordilleras de los Andes, lo dirigieron al barrio La Iguaná, donde vio un cuadro desesperanzador. Ranchos hechos con tablas, cartón y costales. Niños descalzos, por montones, como hormigas, casi sin ropa, caminando descalzos por lodazales generados por las crecientes del río que da nombre al barrio.

Conmovido, llegó a su país y envió $30.000 dólares a doña Ángela y Doña Consuelo, dinero que usaron con sus amigas del costurero y cofundadoras de Presencia, Luz Mejía de Wills, María Teresa Vélez de Arango, Marina Mejía de Moreno, Rocío Piedrahita de Sierra, Rocío Vélez de Piedrahita y Sonia Martinez de Aguirre. Compraron ropa a los niños, comida a las familias y llevar cuanto familiar y amigo del sector social y salud tenían cerca, para Ser Presencia donde había Ausencia.

Andréas Peter Hauri no se quedó quieto, escribió a compañeros de la guardería, el colegio, la universidad. Invitó a cada una de las empresas donde había trabajado y las llamó a «Existir para alguien, para hacer la diferencia». La Iguaná sería el epicentro de un experimento que él y sus amigas antioqueñas, querían desarrollar. Permitir que un ciudadano suizo acompañara un niño colombiano hasta que se convirtiera en profesional. Querían permitir que El que nació para ser rosa, fuera rosa, independiente del contexto. Y lo lograron.

Para que: el que nació para ser rosa, sea rosa.

Muchos de sus conciudadanos acudieron al llamado y PRESENCIA se convirtió en una realidad. A medida que pasaron los meses y los años, se debió aprender a conocer las familias, los niños, jóvenes y adolescentes.

Se tuvo que aprender a educar como motor transformador del ser. Empezaron a llegar los padrinos nacionales. Los hijos de las fundadoras fueron llamados a la junta directiva para cuidar ese LEGADO de las madres. Son ya dos generaciones que han impulsado e inspirado a Presencia a ser más para servir mejor. También llegaron empresas como H.A. Bicicletas, que no dudaron en sumarse a esta gesta y lograron impulsar la corporación para ser ejecutor de proyectos de responsabilidad social empresarial. Hoy, luego de 40 años, PRESENCIA es uno de los ejecutores de la política de cuidado de la primera infancia, hacemos parte del sistema de protección de derechos de niños, niñas, jóvenes y adolescentes, consolidamos capacidades una unidad de gestión social en proyectos integración y conexión con comunidades, un colegio en Robledo, un centro de formación para el trabajo, y un centro de experiencia, recreación y descanso.

Por qué: Existir para alguien, hace la diferencia.

Hoy PRESENCIA se está re-enfocando. Queremos construir y servir mejor, de la mano de aliados que nos permitan entregar las capacidades de transformación del ser, a partir de la formación experiencial, que hemos desarrollado en la experiencia de estos años. La formación técnica, el encadenamiento con ecosistemas productivos y sociales donde sumemos capacidades y el desarrollo de otros proyectos soportados en la esencia de la organización son nuestras apuestas para los próximos 40 años, para que más historias como las de Carolina sigan sucediendo en nuestra ciudad.

Nuestro comienzo

El 9 de abril de 1983, Andrés Peter Hauri visita por primera vez el barrio La Iguaná donde se compromete a iniciar una organización de desarrollo social para la formación de niños, niñas y jóvenes en condiciones de alto riesgo socioeconómico o psico-afectivo.

El 20 de mayo de 1983 con el liderazgo de la srta. Ángela Echavarría Toro, Consuelo Gutiérrez de Restrepo y su grupo de compañeras denominado “El Costurero”, se celebra la primera reunión de constitución y el 19 de diciembre del mismo año, la Gobernación de Antioquia le reconoció la Personería Jurídica, mediante resolución No. 33330. La entidad, que nació en el barrio La Iguaná, comunidad que en ese entonces presentaba los mayores índices de violencia y pobreza de Medellín, se ha extendido por toda el Área Metropolitana, el Oriente cercano y el Departamento de Antioquia.

PRESENCIA ha extendido su labor hacia el campo de la Formación para el Empleo, creando el Centro de Capacitación en Robledo. También ha desarrollado competencias en temas prioritarios como Nutrición, Familia, Convivencia, Educación Experiencial, Hábitat y Gestión Social y Predial, en los que ha sido operador de grandes proyectos del Municipio de Medellín, del Gobierno Nacional y algunas entidades privadas.